Escorpiones
Que el nacionalismo fue y será una gran mentira, ya lo sé. En el quinientos seis y en el tres mil, también. Lo que no tenía por qué ser, y ha sido, es la asunción de parte de esas mentiras por los partidos e instituciones obligados a combatirlas. Lo han hecho para agradar. Para contemporizar. Para ganarse la paz, la piedad o al menos el perdón de los mentirosos.
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