El diálogo es el camino

Que sí, que sí, que el diálogo es el camino, pero entonces ¿por qué cuando se plantea que debemos debatir la presencia de castellano en la escuela catalana, la vulneración de derechos fundamentales en las Universidades catalanas, la neutralidad en las administraciones o el adoctrinamiento escolar se nos dice que lo que hacemos es crispar?

Me enfurece que los que se niegan sistemáticamente siquiera a mencionar las vulneraciones de derechos que protagonizan los nacionalistas pretendan presentarse como adalides del diálogo.

Estoy muy a favor del diálogo, pero diálogo de verdad, no de la cesión tras cesión a los nacionalistas y del desprecio hacia los constitucionalistas