III Jornadas sobre Terrorismo
III Jornadas sobre Terrorismo
Barcelona, jueves 24 de abril de 2008, 19:15 horas, Hotel Sant Moritz, Diputación 262-264 (muy cerca de Paseo de Gracia, ver mapa)
19:15 | Marita Rodríguez (Presidenta de la AT). |
Inauguración y presentación |
19:30-19:55 | José María Fuster Fabra (Abogado de víctimas. Profesor de la Universidad de Barcelona y del CEU Abad Oliva) |
"Terrorismo etarra y terrorismo islamista: Mecanismos de defensa" |
19:55-20:10 | Coloquio | |
20:15 |
Ma. Mar Blanco |
Presentación del libro de la Fundación Miguel Ángel Blanco "Las víctimas del Terrorismo en el discurso político" |
20:30-20:55 |
Cristina Cuesta |
"La respuesta social ante el terrorismo y sus víctimas" |
20:55-21:20 |
Enrique Echeburía |
"Víctimas del terrorismo: del trauma a la superación" |
21:20-21:45 |
|
Coloquio |
"Las VÍCTIMAS del TERRORISMO en el discurso POLÍTICO"
La Fundación Miguel Ángel Blanco edita el libro "Las Víctimas del Terrorismo en el discurso Político" (editorial Dilex S.L.).
Autores:
- PRÓLOGO (Maite Pagazaurtundía)
- FRANCISCO LLERA
- RAFAEL LEONISIO
- MIKEL BUESA
- AURELIO ARTETA
- JOSEBA ARREGUI
- ANTONIO BERISTAIN
- JAVIER GÓMEZ BERMÚDEZ
- CARLOS FERNÁNDEZ DE CASADEVANTE
- ENRIQUE ECHEBURÍA
Índice
- PRÓLOGO (por Maite Pagazaurtundía)
- LA SOCIEDAD Y LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO (por Cristina Cuesta)
- LA OPINIÓN PÚBLICA ESPAÑOLA Y LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO (por Francisco J. Llera Ramo y Rafael Leonisio)
- VÍCTIMAS DEL TERRORISMO: UNA EXPERIENCIA DEL MAL (por Mikel Buesa)
- ¿QUÉ VÍCTIMAS? ¿QUÉ JUSTICIA? (por Aurelio Arteta)
- LA MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS EN EL DISCURSO POLÍTICO (por Joseba Arregui)
- NUEVAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO: SU NO PROVOCACIÓN Y SU RESPUESTA IRENOLÓGENA CREAN SU DIGNIDAD MÁXIMA (por Antonio Beristain)
- LAS VÍCTIMAS EN EL PROCESO PENAL (por Javier Gómez Bermúdez)
- POLÍTICAS ANTITERRORISTAS Y "PROCESOS DE PAZ": ¿QUÉ PAPEL Y QUÉ CONSECUENCIAS PARA LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO? (por Rogelio Alonso)
- LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO (por Carlos Fernández de Casadevante)
- VÍCTIMAS DEL TERRORISMO: DEL TRAUMA A LA SUPERACIÓN (por Enrique Echeburía)
Fotografías
Crónica
El 24 de abril tuvieron lugar las terceras jornadas consecutivas que la Asociación organiza para debatir acerca del terrorismo. La Presidenta, Marita Rodríguez, puso de manifiesto la voluntad de la organización de persistir en estos encuentros en tanto que subsista el terrorismo. Subrayó el hecho de que ETA sigue omnipresente en la vida pública española y que, pese a la gravedad de las otras amenazas, el terrorismo etarra sigue siendo la más inmediata y la más "cercana".
José Ma. Fuster Fabra , abogado de víctimas, profesor de la Universidad de Barcelona y del CEU Abad Oliva, trató tanto del terrorismo islamista como del independentista en un parlamento ágil, plagado de sentido del humor y de referencias a sus experiencias personales como abogado de víctimas y como profesor. Aunque, al parecer, resulta sumamente difícil definir el concepto de terrorismo, tanto el islamista como el etarra -dijo- se puede asegurar que tienen una sola cosa en común: producen víctimas.
Por lo que se refiere a ETA, se le han puesto las cosas muy en contra: la colaboración francesa, la falta del apoyo esperado de los refugiados en Hispanoamérica, las sucesivas decapitaciones (en Bidart cae el último "gran líder", Pakito , Fco. Mágica Garmendia), la persecución y cárcel de los "etarras de cuello blanco",... han dejado la organización reducida a una estructura de comandos mal formados que, fundamentalmente, improvisan. Parece evidente que, como había dicho Marita Rodríguez en la presentación, la estrategia adecuada consiste en estrechar el cerco y continuar con al política de acoso a la banda y a sus pilares de apoyo estratégicos, políticos y económicos.
En lo tocante al islamismo, afirmó que es preciso entender Al-Qaeda más como una "franquicia" que como una organización convencional. Se ha convertido en una especie de movimiento ideológico sin comandos, sólo se compone de células. Se trata de una estructura multiforme, sumamente dúctil y adaptable, que adopta una forma única, como tarjeta de presentación pública, colocándose bajo una marca igualmente única: el paraguas de Al-Qaeda.
Tras dar un repaso a la historia de la organización, nacida en 1984, y hacer un examen de los tres tipos básicos de terrorismo islamista, José Ma. Fuster se refirió concretamente a la situación española. En nuestro país se hallan los tres tipos de grupos a los que se refería anteriormente. Los tres vinieron a confluir en el atentado del 11-M (que fue reveló extremadamente "barato"; se estima que apenas alcanzó los 48.000). Este tipo de estructura no encaja en la definición legal de terrorismo de la legislación española, construida a la medida de nuestro terrorismo "local". Se trata de un nuevo terrorismo internacionalizado. No se combate con acción policial, sino con la de los servicios secretos (CSID). Es preciso "cambiar de chip ".
Cerró su intervención con un repaso a la situación de las víctimas, a las que ha dedicado una buena parte de su vida profesional (sin cobrar, según dijo). Indicó como se ha acabado con la preterición y la humillación a la que se vieron sometidas en los primeros momentos de la transición y hasta mediados los noventa. Afirmó que la legislación española es "la más avanzada del mundo" en materia de víctimas, aunque siguen desprotegidas las víctimas generadas en el extranjero. Por último, informó que se está elaborando una nueva "Ley de solidaridad", aunque dijo desconocer su contenido y expresó sus sospechas acerca de ella: ¿cómo quien sea va a elaborarla -se preguntó- sin contactar con las víctimas y con quienes están más cerca de ellas?
Ma. del Mar Blanco , hermana del concejal Miguel Ángel Blanco, salvajemente asesinado por ETA, y presidenta de la Fundación que lleva el nombre de su hermano, agradeció la invitación y dijo no haber tenido ocasión de volver a Barcelona desde que se produjo el asesinato. (Aunque la información pudo parecer intrascendente al público, este cronista quiere creer que había cierta intención tras ella; -no indicar-, tal vez, una cierta desidia institucional catalana en todo lo referente al terrorismo vasco?). A continuación leyó su parlamento de presentación del libro Las Víctimas del Terrorismo en el discurso político , editado por la Fundación que preside. No se limitó a una descripción, sino que un tono algo tenso y precipitado, pero lleno de emoción, desgranó unas reflexiones que llegaron con facilidad a un público, entregado de antemano a su juventud, su convicción, su belleza y su tragedia.
"Se ha hablado mucho de las víctimas del terrorismo, dijo, pero se ha reflexionado poco sobre ellas". Por esta razón, la Fundación se propuso reunir a un nutrido grupo de intelectuales en un congreso con el objetivo de dignificar el concepto de la víctima y de darle contenido. Las ponencias del congreso constituyen el cuerpo del libro que se presentaba. El ejemplo de las víctimas, contención, sacrificio y coraje, es el mejor legado para la democracia.
Esta última idea le sirvió de pie para trasladar su experiencia personal y extraer de ella las lecciones pertinentes. Dijo sentirse orgullosa, además de por su hermano y la dignidad de su sacrificio, por lo que provocó como reacción colectiva. La sociedad española se sintió por primera vez solidaria y víctima a su vez y supo extraer las consecuencias: la conciencia del tejido de complicidades de cierta sociedad vasca con el terrorismo, la conciencia de la imposibilidad de la salida negociada y la necesidad de unir voluntades frente a ETA y de dar una respuesta social frente al silencio cómplice. Las manos blancas fueron capaces de demostrar que bastaba la voluntad y la convicción profunda para "ganar la calle".
El primero en abandonar la corriente popular generada por el asesinato fue el PNV, deseoso de hacer sobresalir de la marea a la familia nacionalista. Luego fue el partido socialista, cuya política reciente ha supuesto una vuelta atrás cuyas consecuencias constituyen la situación actual: una ETA reorganizada, unas víctimas desorientadas y un gobierno que se niega a aclarar su política futura. Sólo tuvo palabras de agradecimiento para las fuerzas de seguridad, cuya constancia y esfuerzo han constituido el mejor consuelo para los dolientes.
"Las víctimas están vigilantes", aseguró, y esperan la vuelta al consenso, a los principios de la convivencia basados en convicciones éticas y políticas sólidas. Las víctimas se siente con derecho a opinar cuando lo que está en juego es precisamente su memoria y su dignidad, porque no lo son a título personal, sino encarnando un modelo de sociedad política. Sólo aspiran a que los verdugos cumplan las penas que les corresponden con arreglo a la Ley. Por ello son el mejor modelo de "educación por la ciudadanía" y su lema debería figurar en la primera página de todos los libros de texto de esa materia: Memoria, Dignidad y Justicia .
Cristina Cuesta , directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, l icenciada en Filosofía y en Criminología, explicó su visión de la situación actual desde la perspectiva de las víctimas, tras decir que no se siente una intelectual, sino una "activista de la libertad". "Las víctimas -afirmó- han marcado el camino y se han avanzado a pactos y legislaciones y han pasado del olvido a la acción. Pero han transcurrido 50 años y muchas se han quedado por el camino. Entre todas las organizaciones terroristas, suman 1282 muertos, 3000 heridos y, en particular por causa del independentismo violento, 200000 vascos se han visto forzados a la emigración. Son muchas personas, es un proceso de "macrovictimación", según el término acuñado por Antonio Beristain, quien quiere expresar con él que el sufrimiento originado por el terrorismo se multiplica de forma exponencial.
Tras estas consideraciones introductorias, Cristina se trasladó a su experiencia personal. Su padre fue asesinado en 1982 y su madre tardó diez años en cobrar una pensión (!). Las víctimas eran, con frecuencia, menospreciadas y en el mejor de los casos ignoradas. Eran los tiempos en que cierto sector de la población española había desarrollado un sacrosanto respeto por el terrorismo etarra y se decían a sí mismos (para acallar su propia conciencia) algo habrán hecho. El asesinato de su padre siempre fue juzgado en la empresa como "accidente laboral". Las víctimas aparecían en la prensa sin datos, sin nombre sólo con sus iniciales. Cuando empezó a producirse el cambio de estrategia y se dejó de matar fundamentalmente a policías y militares y se produjo la socialización del dolor, entonces y sólo entonces las cosas empezaron a cambiar. El asesinato de Gregorio Ordóñez, el secuestro de Lara y, sobre todo, el asesinato de Miguel A. Blanco, sacaron las víctimas de su oscuridad.
Pero, al fin y al cabo, el reconocimiento público ha sido el resultado del activismo de las organizaciones. Entre todos, llegamos a asumir que cualquiera habría podido ser afectado. Fue entonces cuando surgió una especie de grito común de todas las gargantas: ¡a por ellos!, referido no sólo a los terroristas, sino también al entorno social del terror. De ahí derivó el Pacto Antiterrorista. La gran infamia continúa siendo la actitud frente al terrorismo y frente a las víctimas del nacionalismo gobernante en el País Vasco (y el socialismo actual parece avanzar en la misma dirección). Todo se resuelve en el "conflicto", cuya solución no puede ser otra que la del proyecto político nacionalista y que -una vez acabado- convertirá Euskadi y España entera en una nueva Arcadia feliz.
Por el contrario, el modelo de "solución" que preconizan las víctimas supone: la derrota del terrorismo, democracia, justicia, actuación policial y resistencia cívica. La memoria de los muertos -dijo- da derecho a las víctimas a opinar sobre el terrorismo. ¿Cómo podría ser que los consumidores pudieran opinar sobre los precios y las víctimas no pudieran hacerlo sobre sus verdugos?.
Resaltó de nuevo la grandeza del hecho que jamás se haya producido un acto de venganza contra los verdugos. Insistió en la idea ya expresada por Mar Blanco en el sentido de que las víctimas constituyen un "modelo de vida", de experiencia de vida y también de vida democrática. Y concluyó afirmando que es preciso resaltar la inocencia de la víctima para que aparezca, contrastado contra ese fondo, el verdugo.
Enrique Echeburía , catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, disertó sobre lo que constituye el centro de su actividad profesional: el tratamiento de las víctimas desde un punto de vista clínico.
Las víctimas -comenzó subrayando- son completamente inocentes de lo que les ha ocurrido. La sociedad tiene la obligación de ampararlas por no haber sido capaz de protegerlas del daño que han recibido de forma totalmente injusta.
"Las víctimas son incómodas, en general, para la sociedad y también para los investigadores. Nos señalan la fragilidad de nuestra propia condición. Nos recuerdan la falta de límites de la crueldad humana". Por estas razones se ha tratado de obviarlas o de tratarlas con actitudes paternalistas.
Desde el punto de vista clínico, lo característico de la víctima es el haber experimentado un trauma, es decir, haber sido objeto de violencia, generalmente provocada de forma fría e intencionada, y que se produce de forma brusca y repentina. No todas las adversidades que uno sufre se ajustan a esa definición; no todas pueden considerarse traumáticas. La naturaleza nos dota de recursos para afrontar las adversidades corrientes, pero ante una situación traumática nos vemos desbordados en nuestra capacidad de recuperación.
Las víctimas experimentan daños psicológicos agudos y secuelas emocionales que se perpetúan en el tiempo y les producen modificaciones de personalidad. Entre las mujeres, la más corriente es la depresión; entre los hombres, son habituales los trastornos psicosomáticos y el alcoholismo. Las secuelas suelen coincidir con quebrantos económicos, sin contar las posibles alteraciones físicas que pueda conllevar el atentado.
Por si fuera poco, se da además un proceso de "victimización secundaria". Por ejemplo, los procesos judiciales, que impiden pasar página, o las noticias de nuevos atentados o aquellos cambios de opinión que entrañan exaltación o comprensión ante el terrorismo.
A continuación, el Dr. Echeburía describió la variedad de actitudes y de capacidad de resistencia que se da entre las víctimas, enumeró los síntomas que permiten diagnosticar y reconocer la necesidad de ayuda profesional. Para la terapia, aseguró hay dos tipos de aspectos a considerar: el daño objetivo sufrido (imborrable) y la "conciencia de victimización", que es aquello que se debe y se puede tratar.
Concluyó haciendo un repaso de los indicadores que permiten determinar si el tratamiento resulta o no eficaz. Constituyen "indicadores negativos", los tratamientos excesivamente prolongados, la persistencia de actitudes victimistas, las bajas laborales prolongadas o la dependencia excesiva de reclamaciones judiciales. Por el contrario, pueden considerarse "indicadores positivos" la libre exteriorización de sentimientos, la recuperación de la rutina cotidiana o la implicación en proyectos estimulantes.
El objetivo del tratamiento no consiste en que la víctima olvide, sino por el contrario en que sea capaz de " recordar sin revivir ". Muchas de ellas lo consiguen y algunas de forma ejemplar, dando una auténtica lección de superación, de fuerza vital y capacidad de ilusionarse, como es el caso -entre otros- de Irene Villa.
En el coloquio, en contra de lo que suele ser habitual, hubo muchas preguntas genuinas a la mesa y muy pocas de esas que podríamos llamar preguntas-trampa , porque se revisten de interrogación pero encierran un discurso alternativo o complementario que el público no ha venido a escuchar por voluntad propia. Se preguntó, por ejemplo, sobre la capacidad rehabilitadora de la cárcel, a lo que se respondió que las penas de cárcel tienen también otras funciones y que, para que haya rehabilitación, tiene que haber problema, conciencia del mismo y deseo de curación. A continuación se reseñan brevemente preguntas y repuestas.
El Grupo Mondragón puede estar siendo utilizado como fuente de financiación de ETA? Se trata de rumores de difícil verificación y, por otro lado, la banda terrorista tiene otras fuentes de financiación bien conocidas: impuesto revolucionario, robos, secuestros y presencia en las instituciones.
¿Hay condenas que impliquen inhabilitación política ? Sí, pero nunca ha estado claro que se cumplan. Si nos miramos en el modelo irlandés, veremos que los condenados están ocupando cargos de alta responsabilidad.
El silencio sobre lo ocurrido el 11-M, ¿puede perjudicar al estado de las víctimas? Hay que pasar página, esta es la receta, pero para ello es indispensable haberla leído .
La pregunta que provocó mayor número de intervenciones desde la mesa fue: ¿qué va a ocurrir en los próximos cuatro años? Tras insistir (lo había establecido ya en el curso de la charla Ma. del Mar Blanco) en que ahora lo que hay es silencio y haber denunciado las mentiras que hubo que soportar durante la pasada legislatura, todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que era necesario acabar con las buenas palabras y volver al Pacto Antiterrorista, la medida política que más ha perjudicado a los terroristas y más ha beneficiado a las víctimas.
No fue éste el único punto de consenso entre los intervinientes. Una idea que resaltaron todos de forma espontánea en cada uno de sus discursos fue el carácter ejemplar de las víctimas, carácter que deriva de su condición genuinamente política. Efectivamente, son víctimas políticas porque política es la causa por la que murieron y como tales es necesario presentarlas a la sociedad como modelo democrático. Además, la mayoría de ellas constituyen un ejemplo vital humano y, como colectivo, su conducta ha sido democráticamente irreprochable.
Resaltada esta coincidencia, que podría tomarse como broche de la Jornada, concluiremos señalando el interés que tuvo en su conjunto y la satisfacción evidente del público y me atrevo a aventurar que también de la Mesa.
"Se ha hablado mucho de las víctimas del terrorismo pero se ha reflexionado poco sobre ellas" (Ma. del Mar Blanco)
Las manos blancas fueron capaces de demostrar que bastaba la voluntad y la convicción profunda para "ganar la calle" (Ma. del Mar Blanco)
El lema de las víctimas debería figurar en la primera página de todos los libros de texto de educación por la ciudadanía: Memoria, Dignidad y Justicia (Ma. del Mar Blanco)
"Las víctimas han marcado el camino y se han avanzado a pactos y legislaciones" (Cristina Cuesta)
"Las víctimas son incómodas, en general, para la sociedad y también para los investigadores. Nos señalan la fragilidad de nuestra propia condición. Nos recuerdan la falta de límites de la crueldad humana" (Enrique Echeburía)
No se trata de que la víctima olvide, sino por el contrario de que sea capaz de " recordar sin revivir " (Enrique Echeburía)