Sangre sucia: ciegos, sordos, mudos. Una tiranía silenciosa

16 - 10 - 2018 / MARINA DE QUEVEDO PUEYO - EL ASTERISCO

Todas las semanas los profesores hacían un sorteo, si te tocaba la pegatina del mamu txarra tenías que apuntar qué compañeros hablaban en español, al final de la semana la lista se haría pública. Ellos serían castigados. “Es un juego”, nos decían, no se lo podíamos contar a nadie. [Publicado el 14/10/2018]

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