Ser fiscal en Barcelona
Nadie sabe que la mayoría de los domingos vengo a mi despacho a trabajar. Para mí, es el mejor día para hacerlo. No hay llamadas. No hay cuestiones urgentes a resolver. No hay letrados con los que reunirse. No hay ciudadanos a los que atender. No hay más que silencio. Simplemente un agradecido silencio.
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