Una historia de éxito

30 - 07 - 2020 / ARCADI ESPADA - EL MUNDO

Una historia de éxito

Hoy también amaneció. Esta es la noticia principal que traen los periódicos. Como se repite cada día ha acabado por resultar invisible. Pero es la noticia y el resto matizaciones, más o menos ambiciosas, de ella. Ayer el editorial de este periódico concreto traía esta frase: «En este momento hay más españoles sin trabajar que trabajando». Deduzco que el director no quiso indisponerse con el alba y la frase no ocupó el titular de portada. Pero es la frase que resume el día de ayer, el de hoy y los días que vendrán. El primero en escribirla, vía web, fue Carlos Segovia en su análisis de la Encuesta de Población Activa: «De los 39,5 millones de personas que residen en España con más de 16 años, sólo tenían empleo hasta final de junio el 47%». Y entre los que figuraban oficialmente como empleados estaban los 4 millones aproximados que se acogieron a la regulación temporal de sus empleos. La única corrección convincente de estos números es la economía sumergida. Pero la economía sumergida no paga impuestos. Así pues, y como en tantas otras dimensiones de la pandemia, España es también líder en inactividad. Entre los países europeos sólo los periódicos griegos podrían traer una noticia semejante.

Toda noticia descomunal lleva grandes noticias asociadas. Los datos explican que sanchez no pueda levantarse ya de la cama sin que sus camellos le inyecten la heroína del aplauso. A cualquiera le pasaría lo mismo e incluso los más despiadados críticos del presidente deberían disculpar sus ceremonias. El dato revela mejor que cualquier otro el precio del brutal confinamiento, sin comparación europea posible, que sufrió España. Sobre las vidas que el confinamiento salvó hay especulaciones y modelos matemáticos. Sobre la destrucción que ha provocado hay esta primera certeza y la evidencia de que los epidemiólogos jamás habrán de responder por ella. Esta ruina no la trajo el virus. La trajo la reacción primero tardía y vacilante, y luego aterrorizada, de científicos y políticos, y la ausencia de instrucciones, alcohol y mascarillas.

Todo esto afecta al inapelable consejo de guerra (¿no era una guerra, decíais, sacando pecho?) con que habría que enjuiciar a la élite dirigente que gestionó la pandemia. Es atractivo pensar en las consecuencias morales que tiene para un país el que haya más gente inactiva que trabajando. Quizá eso sea, sin más, la decadencia española. Sin embargo, también hay que pensar, paradójicamente, sobre lo que supone de éxito y bienestar civilizatorio. De algún modo puede decirse, sin que falte ni sobre cinismo, que los pícaros españoles lo han conseguido. Y que hoy también amanece".

ARCADI ESPADA - EL MUNDO

2020-07-30