Una mercería para los nacionalistas
El cuento no es nuevo. Sucedió en Ermua y, de otra manera, con ETA antes del Gobierno de Zapatero. Cuando estaban contra las cuerdas, siempre aparecía un moderado (el PNV, el mismo Zapatero) defendiendo la conveniencia de no dejarlos fuera de juego, de «integrarlos en las instituciones». Los resultados los conocemos. Otegi, el hombre de paz, en las televisiones, y los constitucionalistas descalificados por crispar
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