VI Ciclo de Cine: Sábado 17: Mapi Heras y J.C. Girauta

17 - 11 - 2007 / Redacción Tolerancia

 

Cr?nica de la jornada del 17/11/2007

Mapi Heras:

"La Iglesia Vasca siempre ha estado implicada con el nacionalismo"

El documental La generación de Miguel ángel Blanco , una producción de la Fundación Miguel ángel Blanco para la Fundación de Víctimas del Terrorismo, presenta a diversos jóvenes del País Vasco políticamente comprometidos, cuya edad permitiría encuadrarles como pertenecientes a la misma generación que Miguel Ángel. Cuentan el modo como vivieron la tragedia y el impacto que tuvo en sus vidas, así como su percepción del futuro. Para muchos de ellos, el asesinato fue el factor determinante que les empujó a adoptar su compromiso. Mary Carmen Heras, viuda de Fernando Mágica Herzog, y el periodista Juan Carlos Girauta comentaron sus impresiones sobre la cuestión.

"Mapi" Heras comenzó por apostillar que, si bien de Ermua procedía la revuelta cívica, también había sido la causa del Pacto de Lizarra. Dijo, tomando pie en su experiencia personal, que el terrorismo cambia la vida de las personas y no sólo de aquellas a quienes afecta de un modo directo. Aseguró que en el País Vasco se vive en un ambiente enrarecido y que sus propios hijos son muy distintos dentro y fuera de su tierra. La enfermedad social del País Vasco fue el eje de su presentación.

Explicó que el documental que estaba previsto exhibir era En el nombre del padre , un reportaje de Antena 3 Televisión en el que dos periodistas y la propia Mapi, unas veces con cámara oculta y otras abierta, se dirigen a diversos miembros de la Iglesia vasca para tentar sus reacciones frente al tema terrorista. El documental no pudo ser proyectado por encontrarse sub iudice , a causa de una demanda de Monseñor Setién, uno de los que aparecen "retratados" en el mismo.

El punto de arranque de En el nombre del Padre es la peregrinación de una víctima que recorre diversas parroquias para pedir una Misa en nombre de su difunto, con la condición de que se mencione su nombre y la causa de su fallecimiento. Las respuestas que recibe son espectaculares (por decirlo de alguna manera no ofensiva) y el mejor índice posible del grado de deterioro de la sociedad vasca encarnado en una de sus más sólidas instituciones. "La Iglesia vasca (dijo Mapi) es impresentable". Añadió otros detalles de su experiencia personal para reforzar el hilo argumental del documental en cuestión. Setién (dijo) ofició el funeral por Gregorio Ordáñez tras la mediación de otro sacerdote amigo de la familia, porque una parte de ella se negaba en redondo. Pues bien, durante el oficio no mencionó ni una sola vez el nombre del asesinado. Por su parte, el Obispo Uriarte en el funeral de José Luis López de Lacalle se atrevióa pedir desde el pálpito, en presencia de Jaime Mayor Oreja (a la sazón, al frente del Ministerio de Interior), el acercamiento de los presos.

En el momento más emotivo de su intervención, reprodujo el dramático modo como recibió la noticia del asesinato de su esposo Fernando ("Poto", como se le conocía), estando completamente sola y lejos de su casa, el viaje alucinante de regreso a enfrentarse con la situación mientras adquiría la certeza de su pérdida. En todo ese tiempo, repetía de forma obsesiva dos cosas: "¡Me lo han matado!"y "¡Setien, NO!", como expresión visceral de la repugnancia que había llegado a desarrollar por la Iglesia vasca. Contó también la escena sobrecogedora de su llegada a la gasolinera en la que solía repostar y la indiferencia del empleado y del único cliente que se hallaba en ella cuando, salió de su coche buscando algo de calor humano y de consuelo en las primeras personas que veía tras las dos horas que duró su viaje y que le volvieron la espalda.

"La sociedad vasca es una sociedad enferma" ;insistió y dejó caer como una bomba, como últimos síntomas, las pintadas que aparecieron en los alrededores de su casa a los poco días del atentado: "¡Poto, jódete!", primero, y más tarde. Y vosotros, muertos también mejor!". La familia fue objeto de acoso constante. La propia Mapi recibió insultos, escupitajos e, incluso, alguna agresión por llevar el lazo azul, con plena conciencia de su identidad y de su condición. Sus hijos fueron invitados a marcharse de donde vivían por sus vecinos, a quienes la presencia de un posible objetivo de ETA hacía sentir incómodos. ¡Una pesadilla!

Certificó cuán diferente es la situación de las víctimas en otras partes de España y terminó criticando la actitud del actual gobierno, a consecuencia de la cual vamos a tener que recoger España con un aspirador. Responsabilizó directamente al Presidente de esa situación y cerró con un vibrante Zapatero ha ido a pactar con los asesinos de nuestros seres queridos que expresaba mejor que ninguna otra cosa el sentimiento de la mayoría de las víctimas ante la situación presente.

Juan Carlos Girauta :

"El partido en el poder llama "hombre de paz" al asesino, mientras intenta silenciar y arrinconar a las víctimas"

Rompió mostrando su escepticismo frente al mensaje esperanzador con respeto al futuro con que concluye La generación de Miguel Ángel Blanco . Hizo diversas apostillas a algunos extremos del mismo que le parecían incorrectos y recordó el papel de Carod Rovira en el reavituallamiento del terrorismo después de los largos y profundos efectos de la indignación por el asesinato de Miguel Ángel. "Carod Rovira marcó el límite de la ignominia y la vergüenza que ha venido después". Respecto de la "enfermedad social", recalcó que es el producto de la extensión del nacionalismo, allí donde se ha implantado el nacionalismo, la sociedad ha enfermado.

Acto seguido, se refirió a su vez a En el nombre del padre , de donde extrajo diversas muestras del esfuerzo de los servidores eclesiásticos para adoptar (en el mejor de los casos) una postura falsamente equidistante: No se puede hacer una misa aparte (es decir, destacando a las víctimas); La Iglesia no hace juicios de valor  o Cuidado, porque la violencia (de estado) llama a la violencia. Analizó esta última y mostró como conduciría inevitablemente a un "estado de naturaleza" como el que describe Thomas Hobbes: "donde la vida es desgraciada, pobre, brutal y corta ".

Describi que esa actitud no es solamente de la Iglesia, sino que se extiende a los políticos nacionalistas y muchas otras personas que aprueban, consienten o, simplemente, mantienen el sistema votando determinadas opciones. Hizo notar la deriva del PSE, al mando de Patxi López, de quien recordó la frase: "Al cabo de los años algo de razón habrá que reconocer que tenían". Recriminó al partido en el poder su desplazamiento hacia esa postura y que llame "hombre de paz" al asesino, mientras intenta silenciar y arrinconar a las víctimas. "Frente al discurso buenista de la paz, hay una fortaleza inexpugnable, la Ley", aseguró. Hay que reivindicar, simple y llanamente, el cumplimiento de la Ley.

Cerró su intervención rebatiendo la frase con la que termina En el nombre del padre que acusa a la Conferencia Episcopal de guardar silencio frente a la posición denunciada de la Iglesia vasca. Desde su punto de vista, la COPE es el principal reducto de resistencia frente al nacionalismo y de denuncia del Gobierno y está subvencionada por la Conferencia Episcopal. Difícilmente podría hacer algo más desde el punto de vista institucional estando como está constituida por las mismas iglesias que debería reformar, la vasca y la catalana.

El coloquio fue encendido y abundaron las críticas al PSOE, el encarecimiento del gobierno anterior en lo relativo al trato con las víctimas y el terrorismo e, incluso, las llamadas explícitas a votar a la oposición o a participar en la manifestación convocada por la AVT para el próximo día 24. Fue muy generalizado el diagnóstico según el cual la solución del problema pasa por el desalojo del PSOE de las tareas de gobierno. Esa fue la respuesta de JC Girauta a la pregunta de qué puede hacer el ciudadano de a pie. También recomendó denunciar el lenguaje bobalicón  de lo políticamente correcto que sirve para encubrir la verdadera realidad de lo que se hace.

A este propósito, provocó mucha excitación entre los asistentes la pregunta de si se conocía a algún sacerdote que hubiera dicho explícitamente que el que mata hace bien. JC Girauta respondió que todos los asesinos por motivos nacionalitas dicen que les sabe muy mal hacer lo que hacen, pero que se ven empujados a ello por necesidad, para acabar con el conflicto... Pero, mientras hablaba, le vino la inspiración: el padre Xirinachs, esa era la respuesta. Otra respuesta vino del público en forma de testimonio personal de una víctima, que sirvió además para corroborar la enfermedad social, por cuanto en la misma familia podía encontrarse ( en puntos más o menos alejados) tanto a la víctima como al victimario y también al sacerdote indeciso que fue capaz de justificar lo injustificable. En las sociedades enfermas, certificó la mesa, se sigue atentando contra las víctimas, se las sigue acosando. La Presidenta abrió un nuevo frente que quedó en el aire para futras reflexiones al apuntar que no habrá solución definitiva hasta que no haya un entendimiento en las cuestiones básicas de Estado entre los dos principales partidos.