Y ahora, el Dalái Lama

15 - 06 - 2017 / LAURA FREIXAS - LA VANGUARDIA

Y ahora, el Dalái Lama

Para que una idea sea eficaz en política, para que consiga convencer a la gente y arrastrarla, tiene que evocar cosas concretas. Historias, imágenes, escenas... Algo con emoción y colorido. Lo abstracto no sirve: un concepto, una cifra, por sí solos, no movilizan a nadie. Esa es al menos la principal conclusión que he sacado del interesante documental Clase valiente, de Víctor Alonso Berbel, sobre el lenguaje político.

Debe de ser eso lo que explica la afición de tantos independentistas a traer a colación a grandes figuras históricas. Porque a la hora de esgrimir agravios concretos, que justifiquen algo tan costoso, arriesgado y conflictivo como una declaración de independencia, ¿qué tenemos? Veamos. El corredor mediterráneo. Ya, sí... Los retrasos de los trenes de Rodalies... Vale, pero... ¿Qué más? Los peajes... Injusto, qué duda cabe, pero poco épico. Colas en el aeropuerto... Mmm... ¡Ya lo tengo! Invoquemos a Martin Luther King. O a Gandhi, Rosa Parks, Nelson Mandela, incluso Moisés, en el cartel aquel de La voluntat d'un poble. Comparemos Catalunya con el pueblo hebreo cruzando el desierto, la Via Catalana con la marcha sobre Washington. La indignación de los justos contra esos opresores que llevan tantos siglos esclavizándonos... no dejándonos votar en sus elecciones, ni ir a sus colegios... obligándonos a sentarnos atrás en el autobús... linchándonos, quemándonos, ahorcándonos en los árboles... ¿Alguien ha dicho que los catalanes hayamos sufrido eso? No, claro, pero lo importante no es lo que se dice, sino lo que se sugiere. Lo importante es que al ver a Mas, Junqueras o Forcadell, no veamos a alguien que ha ido a los mejores colegios, gana muchos miles de euros al mes, tiene ujieres, coche oficial y pool de secretarias, sino a un pobre hombre metido en una mazmorra durante 27 años, a una negra encarcelada por negarse a ceder su asiento a un blanco, a un profeta abriendo las aguas del mar Rojo.

El último añadido a esa bonita lista lo ha aportado Oleguer Pujol comparando a su padre con el Dalái Lama. Yo, la verdad, no termino de ver qué tienen en común nuestro ex molt honorable y un señor que es asiático, monje, vegetariano y reencarnación de Réting Rinpoche. Quizá es que simplemente se trata de echar mano de algún personaje conocido. Ya, pero puestos a buscar nombres famosos, hay otros, como, no sé, Al Capone, por decir algo.

LAURA FREIXAS - LA VANGUARDIA

2017-06-15