boletín de la tolerancia
Número 12.     Noviembre de 2001
toleran@teleline.es

 
¡17 de noviembre: Celebración del Día Internacional de la Tolerancia!
Presentación del libro de Antonio Santamaría "Los Nacionalismos".

 
Opinión:
- Violencia el 12 de Octubre.
- Manipulación en Valladolid
Actividades:
- Charlas tolerancia: "El árabe español".
- Mario Onaindia: "Las libertades en Euskadi"
- Día Internacional de la Toleracia: Presentación del libro "Los nacionalismos"
- Campaña: En Navidad, ¡un socio por socio!
Revista de prensa:
- Cara a cara: La inmersión en catalán de los inmigrantes.
- Cara a cara: La obligación del catalán en la administación de justicia.
- Unos días después.
- La Tronera. "Tolerancia cero".
Violencia el 12 de Octubre
Ya en los días previos a la fiesta de la Hispanidad, un grupo heterogéneo de personas, agrupadas bajo el nombre de Plataforma Cívica por un 12 de octubre en Libertad, se manifestó por las calles de Barcelona, pidiendo, en contradicción con su denominación, nada menos que la dimisión de la delegada del Gobierno por haber autorizado a otro grupo un acto de homenaje a la bandera española en tal fecha.  Llama la atención que en esa Plataforma se encuentren sindicatos como CNT y CGT, en extraña amalgama con asociaciones de prestigio como SOS  Racisme y movimientos alternativos como el okupa, preocupados todos no porque la bandera en cuestión fuera la del águila, sino por ser la española. Sin ese "matiz", se deja la bandera de todos los españoles (por cuanto representa la España de la Constitución; o sea, del pacto, ¡no lo olvidemos!) en manos exclusivamente de la ultraderecha. Convertida de esta guisa en símbolo de desprecio, se desprecia también al país que representa. La camaleónica Plataforma construye su ficción, calienta su propio ánimo y pasa a llamarse antifascista para así combatir más eficazmente, de cara a la opinión pública, la supuesta provocación. Lo que sigue es pura violencia callejera con resultado de destrozos millonarios.
    Es un esquema que se va repitiendo –e incrementando– en los últimos años y que tiene ciertos visos de consolidación por la condescendencia con que estos grupos son tratados por el poder político, quien, a su vez colabora activamente en la deslegitimación de los símbolos constitucionales. ¿Qué es si no esa práctica, cada vez más extendida, de los ayuntamientos de quitar la bandera española  –caso de tenerla–  del balcón consistorial el 11 de septiembre? Es la escenificación suave de Cataluña versus España. Una apuesta arriesgada, injusta e ilegal que hace que los más radicales vean la no-exclusión de la roja y gualda como una provocación; como la representación máxima de una especie de colonización que les ha arrebatado algo que les pertenecía y que sólo pueden recuperar con la segregación del territorio. Así, todo vale: pasamontañas (buscando más el golpe de efecto en los demás que el anonimato para sí) para hacer de pirómanos de contenedores de basura y de banderas españolas, roturas de escaparates y gritos bélicos, al tiempo que pasean senyeras esteladas e ikurriñas; una estética demasiado familiar…
    Se está propiciando una fractura territorial con el uso y abuso de los símbolos propios y la exclusión de los otros igualmente propios. Un nacionalismo transversal que hace caminar a Cataluña hacia una entidad monolítica en lo político y cultural, empeñada en acabar con la pluralidad existente en su seno y en entronizar la pureza y exclusividad de sus "diferencias". En el terreno lingüístico no es sólo la imposición del catalán, sino la limitación de uso del castellano. Así, la intervención reciente en esta lengua de Alberto Fernández Díaz, presidente del PPC, en el debate de política general en el Parlamento catalán ha suscitado una resolución, por parte de las juventudes de Convergencia, en la que se le tacha de provocador. Convergencia senior, claro está, consiente. Lo mismito que en la época dura de Franco, pero con un cambio de lengua.
    De nada sirve reclamar la cultura de la paz al tiempo que se siembra la semilla de la discordia alimentando identidades, en vez de orientar la educación hacia el concepto neutro de ciudadanía y los principios que alumbraron la Revolución francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad –precisamente, el socio principal del partido en el poder, Sr. Duran i Lleida, acaba de poner, públicamente, los ideales ilustrados en cuestión; concretamente los ha situado en el mismo plano que el fundamentalismo religioso.
    Por supuesto que la violencia no es exclusiva de ningún colectivo concreto; es fruto de la educación. Probablemente también haya violentos entre los que pasean la bandera del águila y, quizás, de buena gana quemarían senyeras y dificultarían el uso del catalán. Lo importante es que no se atreven porque saben que no hay  partidos políticos que los avalen mínimamente. La diferencia con estos kale borrokistas "antifascistas" es que ellos sí que han encontrado su plus de legitimación.

M. R.


 
Manipulación en Valladolid
 El II Congreso Internacional del Español a celebrar en Valladolid fue recibido por alguno de nosotros con la esperanza de que sirviera para estudiar la situación de los castellanohablantes en Cataluña. La decepción ha sido mayúscula. Si las autoridades políticas tienen que guiarse por lo escrito en la ponencias oficial ya podemos apagar la máquina. El tema de Cataluña se abordó en la comunicación “El catalán y el castellano en Cataluña” y fue presentada por el Catedrático de la Universidad de Barcelona Ramón Cerdà.
    Cerdà, en una primera aproximación al tema, reconoce que no existen en Cataluña estudios sobre el conocimiento del castellano. Acto seguido, justifica este hecho en que el castellano se encuentra por doquier y por ello es comprensible  que las estadísticas oficiales sólo se preocupen  por el grado de conocimiento del catalán. La tesis que recoge la ponencia se resume en que la existencia de un desequilibrio lingüístico ya que los castellano-hablantes pueden vivir plenamente en castellano y, en cambio, los catalano-hablantes  no lo pueden hacer (¿les suena?). 
    Tras constatar que existe una mayoría de castellanohablantes en Cataluña, parece lamentar que el uso social del catalán no se extienda de una manera más rápida. Tras una bateria de datos sobre el origen de los catalanes y el conocimiento escrito y hablado del catalán, se olvida de ellos para  elucubrar tendenciosamente en los ámbitos institucional y  escolar. Respecto al primera dice sin sonrojo que “es el terreno donde la legislación vigente tiende a cumplirse escrupulosamente y donde castellano y catalán coexisten en igualdad aparente. Las principales diferencias, a veces notorias y siempre favorables al castellano, al menos sobre el papel, suelen originarse en el ámbito de competencias administrativas no traspasadas. No guardo ningún dato sobre esto”. En relación con la escuela, deduce de encuestas que el deseo mayoritario de la población catalana es la educación bilingüe, pero soslaya cualquier cita sobre la realidad del sistema educativo catalán. Es así, que obvia cualquier referencia a la inmersión y al hecho de que, según las estadísticas de la propia Generalitat (SEDEC)  únicamente diez niños fueron educados en castellano el curso 2000-2001 mediante el sistema de “atención individualizada”. 
    Gracias a la ponencia oficial del Congreso de Valladolid, el mundo seguirá desconociendo la política lingüística. Los lamentos se han dirigido, otra vez, sobre el maltrato que sufre la lengua catalana. Lo sorprendente que se hayan vertido en un  Congreso destinado a potenciar al español, financiado por el Gobierno Español, entre otros, auspiciado por las Reales Academias de la Lengua Española  y el Instituto Cervantes. Se imaginan semejantes conclusiones en un Congreso sobre lengua catalana organizado por la Generalitat y auspiciado por el Institut d’Estudis Catalans. Estos últimos si lo tienen claro: cobran del Ministerio de Cultura (más de cien millones) y desprecian al Jefe del Estado ¿por qué? ¡POR ESPAÑOL!

J. D.


 
 
Charlas "Tolerancia": "El árabe español"
9 de Noviembre a las 20,00h en la sede de la Asociación, dentro de Charlas "Tolerancia", 
 "El árabe español".
A cargo del escritor JOSÉ ANGUITA.
La unificación de Hispania por los reyes de Córdoba desembocará, tras la dictadura de Almanzor, en una guerra civil y en la atomización del territorio. Hispania o Al-Ándalus irradiará su luz cultural, antes de su definitiva extinción.
Ágape tras el coloquio.

 
Mario Onaindia: "Las libertades en Euskadi"
 16 de Noviembre, a las 20,00h, en el Ateneu Cultural Siglo XXI, calle Ample, 28 (Patio del Colegio Escolapios),
"Las libertades en Euskadi"
a cargo de MARIO ONAINDIA

 
Día Internacional de la Tolerancia
 17 de Noviembre, a las 20.00h, en la sede de la Asociación, 
celebración del día Internacional de la Tolerancia
ANTONIO SANTAMARÍA presentará su último libro:
"Los Nacionalismos"

Pica-pica de clausura.


 
En Navidad, ¡un socio por socio!
Iniciamos la campaña:
En Navidad, ¡un socio por socio!
Ponte en contacto con los miembros de la junta.

 
Cara a cara
La inmersión en catalán de los inmigrantes. El Periódico, 13 de septienbre de 2001
En contra: PERPETUAR LAS DESIGUALDADES, por M. R,
 

Los ciudadanos de Cataluña tienen, de momento, dos lenguas mayoritarias: castellano y catalán, con un número parecido de hablantes. Esta realidad debe antojársele a nuestros paternalistas próceres políticos –que nos han escamoteado sistemáticamente el obligado debate público sobre lenguas–   una anormalidad a corregir, porque nos han impuesto un monolingüismo (catalán, hogaño) en la escuela, que contrasta clamorosamente con el bilingüismo existente en la sociedad.
    Si olvidáramos ese divorcio, el hecho de que los inmigrantes (sin recursos) que se incorporan a la ESO, desconociendo las dos lenguas del país, sean desviados durante un año hacia los TAE (Talleres de Adaptación Curricular), donde las clases de castellano quedan deliberadamente excluidas para que aprendan "la lengua de enseñanza lo antes posible y sin interferencias", sería aceptable. Lo que ocurre es que el susodicho divorcio existe y el asunto no es baladí. Una vez incorporados a la red escolar normal, el aprendizaje del castellano se les hace prácticamente imposible, ya que sólo tiene presencia como asignatura, y a un nivel totalmente inasequible para un principiante. Privar a un inmigrante desfavorecido de una de las lenguas habituales del entorno, que en el caso que nos ocupa es además la única lengua franca en toda España y la segunda a escala mundial, es colocarlo en una situación desventajosa de por vida. Quizás se trate de eso precisamente; de perpetuar las desigualdades…
    Otra dinámica siguen los inmigrantes económicamente fuertes. Esos hacen con sus vástagos lo mismo que nuestra acomodadísima burguesía autóctona, entre la que se encuentran muchos políticos: escolarizarlos en la privada para que adquieran competencia lingüística, al menos, en las dos lenguas de la comunidad.

A favor: INTEGRARSE EN LA NORMALIDAD, por E. A. , periodista.

El espeso velo que impedía cualquier crítica a la política lingüística por razonable que fuese quedó rasgado hace tiempo. Pero de la unanimidad más o menos forzada sobre la protección del catalán, se ha pasado a la hipersensibilidad ante supuestos abusos. Los fantasmas de la imposición se disparan ante prácticas absolutamente razonables.
    Por ejemplo: sin duda, el sistema de reparto de exámenes de selectividad en catalán era insensible. Pero que se distribuyesen preguntas en catalán a estudiantes que habían estudiado (y aprobado) 12 cursos de esta lengua, y que podían responder en la que quisieran, difícilmente se puede calificar de atentado a los derechos humanos como se ha hecho.
    Algo así es rasgarse las vestiduras ante el hecho de que, en unos talleres, que tienen como objetivo único preparar la adaptación a la escuela catalana de los alumnos inmigrados, se utilice sólo el catalán, la lengua que predomina en la enseñanza y con la que, presuntamente, menos contacto tienen los futuros estudiantes en su entorno inmediato. Tras la inmersión ya llegará el momento de empezar a introducir equilibradamente las dos lenguas, como hacen la mayor parte de escuelas con más normalidad de la que se supone.
    Esta vez sí que está bien utilizado el término inmersión: es lógico que la preparación para adaptarse a la escuela catalana sea en catalán.


 
Cara a cara
¿Los funcionarios de Justícia deben saber catalán?  El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha anulado de forma cautelar el decreto emitido por la Generalitat que obligaba a los funcionarios interinos de los juzgados a tener un conocimiento alto del idioma catalán.
El Periódico de Cataluña 20 de junio de 2001
A favor : Un servicio al ciudadano  por A. R. , periodista

Es la historia de siempre: una interpretación estricta de las normas permite que se frene el uso del catalán y siempre el afectado es el ciudadano catalanohablante, que bien educado, cambia de lengua. Dejando la cuestión leguleya del decreto del Govern de la Generalitat, que para esto ya seguirá su curso, y mirando el fondo de la cuestión, resulta que el ciudadano catalanohablante no tiene el mismo trato que un ciudadano castellanohablante en la Administración. 
    Los máximos responsables de la Administración pública, en Catalunya y, sobre todo, en Madrid, debe- rían saber inculcar a las personas que trabajan y que quieren trabajar en ella que su sentido del deber, o su espíritu de servicio, es atender a los ciudadanos en la lengua en la que éstos se expresan. Es lo mínimo que puede hacer la Administración y es lo mínimo que puede pedir un administrado.
    Hace años, un catedrático progresista de la Universitat de Barcelona pidió el traslado a Castilla porque vio que de seguir aquí no tendría otro remedio que hablar catalán. Y por ahí no quiso pasar. Tomó una decisión heroica. También habría sido heroico y ejemplar expresarse en catalán

En contra : Imparciales no políglotas por 
J. D. 

El ciudadano y el profesional del derecho pide a la Administración de justicia formación, imparcialidad y sentido común. Los sindicatos y las asociaciones profesionales coinciden en que el conocimiento de idiomas autonómicos ha de constituir un mérito para el acceso a las funciones judiciales, pero nunca un requisito. Establecer barreras idiomáticas puede hacer perder excelentes profesionales a la justicia catalana. La Administración de justicia ha de respetar la libertad de opción lingüística. Si el catalán en los juzgados se utiliza menos que el castellano es por voluntad de los ciudadanos y --salvo casos aislados-- no se dan conflictos lingüísticos. La polémica es artificial y las disfunciones se solucionarían con ágiles servicios de traducción. 
    La exigencia del catalán o del empadronamiento en Catalunya para acceder a plazas públicas oculta la pretensión de controlar políticamente las estructuras judiciales para imponer un espacio monolingüe, al igual que ha acontecido ya en la enseñanza o en las administraciones autonómicas y locales. La prueba está en un juzgado de Barcelona --acogido al Plan de Normalización Lingüística--, en el que se avisa a los usuarios con el siguiente rótulo: "Aquest jutjat treballa en català."


 
Unos días después
Sinceramente, cuesta sobreponerse a lo acontecido el pasado martes, tanto en cuanto a la barbarie salvaje de quien pudo concebirlo y materializarlo, como a sus dantescas consecuencias.
    Pero más cuesta sobreponerse al darnos cuenta de que, conciudadanos, o hasta incluso vecinos han dado y dan muestras de una total falta de sensibilización hacia el problema.  En este sentido, e intentando reordenar cronológicamente ideas y teniendo en cuenta que todo coincidía con la celebración de la Diada, destacar de antemano la loable actuación de las instituciones que suspendieron los actos lúdicos a celebrar por la tarde en Sant Boi.
    A partir de aquí, mucho menos loable la postura de ERC, que, a las dos/tres horas de conocida la magnitud del ataque, iniciaba su "pasacalle" independentista desde la Plaza Urquinaona hasta el Arco del Triunfo donde todo estaba preparado para el recital de Lluís Llach sobre el que, pese a ser un acto lúdico, no existió el menor atisbo de suspensión. Ni que decir tiene que el «pasacalle» resultaba de lo más variopinto y distorsionador de lo que podemos considerar una Diada de Cataluña si tenemos en cuenta la proliferación de ikurriñas, banderas de Cuba(?), pancartas en pro de los presos vascos, reivindicación de los "sin papeles" y otras situaciones verdaderamente chocantes, contando como invitado de lujo con Gorka Knörr de EA. O sea, todo, eminentemente catalán.
    Y, a mayor abundamiento, más cuesta sobreponerse si, la noche del día después durante una tertulia abierta a los oyentes en una emisora local, se escuchan, en boca del primero de los participantes, quejas por la cobertura que se había dedicado al hecho, la que se le dedicaba y la que se le continuaría dedicando, en su opinión tan sólo porque el país atacado había sido Estados Unidos (posiblemente le habían fastidiado el capítulo del culebrón al uso o la basura dedicada a personajillos del «couché»). Una segunda intervención con la lapidaria frase de que "finalmente los americanos han encontrado la horma de su zapato y el David contra Goliat sé ha convertido en realidad".  Una tercera clamando por el exterminio de un imperio y apelando para ello a Hiroshima y Nagasaki. Y una cuarta, buscando puntos en común con la guerra del Golfo dentro de la más ortodoxa demagogia.
    ¡Ah! Se me olvidaba: en un magazine de tarde en la televisión pública, de Cataluña con presencia de una psicóloga de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, un responsable de Protección Civil especialista en rescates, un piloto, una escritora y periodista y un responsable de la OLP, se ninguneó a los dos primeros -tal vez los más apropiados y autorizados en los momentos por los que se estaba atravesando- con tiempos entre minuto y medio y cuatro minutos, dando cancha a los otros tres invitados que bien poco aportaron salvo ideas para que otros descerebrados lo intenten con otro avión.
En resumen, que el antiyanquismo trasnochado todavía sobrevive.

J. M.
ABC Cataluña (lunes 17 de Septiembre de 2001)


 
LA TRONERA
"Tolerancia cero"
 El pobre Pujol opina, con frecuencia, como su señora: su casa la quiere unida y bien aseada.  Le pone de los nervios que un musulmán inmigrante pueda pedir que le hablen en castellano.  Al parecer, él piensa que quienes emigran lo hacen, no por comer, sino para aprender catalán, sean de donde sean. Y para quienes no se conformen pide «tolerancia cero».  Se trata de una expresión extraordinariamente significativa.  Y que provoca, por descontado, consecuencias imprevisibles entre aquellos a quienes con ella se maltrata.  Pues sí que está ahora el horno para bollos.  De veras Pujol ha jugado ya las diez de últimas.  Y además ha perdido.

ANTONIO GALA
El Mundo, 14 de Octubre de 2001