El cumpleaños de Alberto

El cumpleaños de Alberto

Mi querido Alberto, naciste un radiante 13 de agosto de 1960 y ETA te asesinó un lluvioso 30 de enero de 1998. Poco te dejaron vivir quienes decidieron sin piedad sobre la vida y la muerte de cientos de españoles inocentes durante décadas ¿Cuál fue tu culpa Alberto? Preguntémoslo a Kantauri, mandante de tu asesinato, cuando en julio de 1997, el entonces jefe de ETA, ordenaba a los terroristas que le dieran a los políticos del PP y que levantaran, es decir secuestraran, a sus concejales para forzar el fin de la dispersión de los presos. No cedimos, Alberto, a pesar del atroz secuestro y asesinato de Miguel Ángel y del cruel crimen que acabó con tu vida y la de Ascen, Pero nuestra fuerza moral de entonces ha sido traicionada y lo volverá a ser cada vez que sirva para alcanzar el poder. No quiero entristecerte en tu día de cumpleaños, pero lo que queda de ETA, que es mucho, se aceptó con la excusa de que mejor sin matar que matando y hoy están tan orgullosamente empoderados que ni necesitan condenar tu asesinato ni los otros crímenes terroristas para ser decisivos en la escena política. Ya sé lo que piensas Alberto y la respuesta es «No», Al final quienes deberían tener la decencia de poner límite no lo han hecho y una de las patas de ETA no sólo no ha sido derrotada sino que son respetables compañeros de viaje del Gobierno de España. Cada uno sabe el peso de la indignidad que puede soportar, allá ellos.

Pero hoy especialmente, cuando deberías estar junto a nosotros celebrando tu cumpleaños en las playas que llevamos en el corazón. Chipiona y el Puerto de Santa María. En esta fecha señalada, cuando oigo más que nunca tu risa confundida con el rompeolas, cuando la luz de la bahía de Cádiz me recuerda a esa luz que desprendía tu sonrisa y tus ojos verdes, hoy cuando te echo en falta en la alegría y en los sabores de esta tierra bendita, me invade la tristeza por no poder regalarte buenas noticias por tu cumpleaños. Y me duele el alma al no poder ofrecerte más que la triste realidad en la que se encuentra España. La fuerza moral de entonces, la de las manos blancas de millones de personas que dijeron ¡Basta Ya! ha sido traicionada y lo volverá a ser cada vez que sirva. El terrorismo ya no es una línea roja, el poder lo ha blanqueado y lo ha pintado de verde, dando paso a sus inmorales aliados.

Jamás pensamos que llegaríamos a un nivel de degradación moral como el actual, un escenario en el que las víctimas, quienes con vuestra sangre, defendisteis nuestra libertad, la igualdad entre los españoles nuestra democracia y la unidad de España habéis pasado al olvido, mientras los verdaderos protagonistas, son todos los que quieren acabar con España. Son ellos los elegidos, los filoetarras, los prófugos de la justicia y los que se enorgullecen de odiar la nación de todos y juran sus cargos burlándose de lo que ésta representa. Si Alberto, éste es el desolador panorama que este verano soportamos millones de españoles mientras arrastramos un sentimiento de impotencia y dolor por ser rehenes del independentismo y de los herederos de ETA, que se pavonean de tener en sus manos nuestro destino. Con tiros y bombas ayer y hoy sin repudiar todo ello, tipos como Otegi y sus seguidores nos dan lecciones de Derechos Humanos. La indignidad campa a sus anchas en esta España que no reconocerías Alberto.

Pero aunque la mayoría de nosotros sigamos consternados por no haber podido vencer con contundencia a quienes quieren destrozar todo aquello que con tanto sacrificio los españoles fuimos construyendo desde el inicio de nuestra democracia, no vamos a rendimos, ni abandonar la batalla por la libertad, la dignidad y la unidad de España y seguiremos intentándolo una y otra vez, porque os lo debemos a quienes por defender esos valores pagasteis el precio más alto.

Mi regalo de cumpleaños Alberto es mí promesa de que seguiré alzando mi voz y trabajando para que el futuro de España no esté en manos de quienes quieren destruirla y lo haré porque no sólo lo mereces tú y las miles de víctimas del terrorismo que han visto morir a sus padres, hermanos e hijos sino también todos los españoles que tanto os han llorado.

Tristemente hoy, los españoles que no nos avergonzamos de serlo, nos sentimos arrinconados y no logramos entender cómo hemos llegado hasta aquí, pero es hora de dejar los lamentos y las culpas y mirar hacia nuestros verdaderos héroes, tú, Alberto, y cada una de las personas que fueron asesinadas, heridas, secuestradas, extorsionadas o forzadas al exilio por quienes querían romper España. Sois vosotros, nuestro ejemplo, quienes con vuestra valentía y dignidad nos ayudáis cada día a mirar el futuro de nuestra nación con esperanza, sin rencor y con el coraje necesario para ser mejores que todos estos impostores y recuperar pronto la España en la que la mayoría queremos vivir libremente, unidos y en paz. Empecemos desde hoy a recuperar lo que nos pertenece, con nuestro trabajo, nuestras ideas, nuestra alegría, nuestra fe y nuestro amor por esta nación donde cabemos todos los que la amamos.