Parlamento del Presidente en nombre de la Asociación
Parlamento del Presidente en nombre de la Asociación
Buenas tardes. En primer lugar, quiero darles a todos la bienvenida a la ceremonia de entrega del XXX Premio a la Tolerancia, que este año ha recaído en Alejo Vidal-Quadras Roca, físico, catedrático de Física Atómica y Nuclear de la UAB y, si me permiten definirlo así, veterano combatiente del ámbito político y viejo amigo de nuestra Asociación. Particularmente, quiero agradecer su presencia también a su mujer, Amparo, y a su hija Gloria, a los miembros de los partidos políticos que nos acompañan esta tarde, tanto Partido Popular como VOX y C’s, así como a nuestros amigos de S’Ha Acabat, a periodistas y personalidades destacadas. Treinta premiados son muchos. Todos de diferente origen, condición y dedicación. Periodistas, escritores, cineastas, expolíticos, colectivos de policías y guardias civiles, actores, humoristas, … Su espectro ideológico es amplio, los hay de derechas, de izquierdas, librepensadores, gente a la que la Tolerancia admira y que, por fortuna para nosotros, nos apoyan y comparten con nosotros nuestras preocupaciones y nuestro activismo incansable. Aunque no sea fácil sostenerlo… Todos ellos tienen además en común su incansable defensa de los fundamentos del Estado de derecho: la soberanía popular representada en nuestro Parlamento, la igualdad y la libertad de los ciudadanos y el respeto a la ley y a la separación de los poderes del Estado. Todo ello está siendo atacado hoy en nuestra casa y más allá de nuestras fronteras y estoy seguro de que ustedes, mientras recitaba esta breve lista, habrán pensado ya en multitud de ejemplos que muestran hasta qué punto están hoy en peligro estos conceptos. A lo largo de su vida política, Alejo Vidal-Quadras, a través de un compromiso profundo, una tenaz voluntad y una muy fina ironía, ha actuado siempre con rotundidad contra cualquier muestra de totalitarismo (y el nacionalismo que nos asola en Cataluña es, cada díamás, su alumno más aventajado), tiranía teocrática o autarquía caribeña.
En Cataluña, nos ofreció tardes parlamentarias gloriosas, con escenas de un Pujol despeinado y deshecho en tics ante verdades como puños,decoradas con un enorme sentido del humor. Pero sobre todo, Alejo Vidal-Quadras nos dio esperanza y nos demostró que el nacionalismo puede ser derrotado, que existe un camino tortuoso, sí, pero transitable al fin y al cabo, para acabar con esta lacra política y social, de la mano de un discurso constitucionalista sin complejos que rebase esas líneas rojas con las que nos quieren hacer comulgar: los derechos de las lenguas, la uniformidad del “poble català”, su singularidad (que ya hasta alcanza a sus bolsillos), su añejo martirio a lo largo de los siglos,etc.Permítanme que termine con una anécdota personal. Corría el año 96, consumado el maldito Pacto del Majestic, estaba yo en casa estudiando con un amigo cuando escuchamos en las noticias el fin de tu etapa al frente del Partido Popular de Cataluña. Indignados y, la verdad, algo trastornados por nuestra juventud, te escribimos una carta de solidaridad y cariño dirigida que llevé personalmente a la sede del Partido Popular de la calle Urgel para que te la entregasen. La verdad, dudo que llegase a tus manos pero, con este precedente, comprenderás que es hoy para mí un emocionante honor poder entregarte este premio y nuestro reconocimiento que tanto te mereces. Muchísimas gracias, Alejo.